Es Pascua, Passen en holandés, a pesar de ser Primavera hace mucho frío, tres grados bajo cero, la más fría Pascua en cuarenta años, pero al igual que todos los años los niños saldran a sus jardines a buscar los huevos de chocolates que sus padres habran escondido...
Esta tradición no es nueva, desde los comienzos de la humanidad, el huevo fue sinónimo de fertilidad, esperanza y renacimiento. El huevo adiquirió importancia dentro de la mitología egipcia cuando el Ave Fénix se quemó en su nido y volvió a renacer más tarde a partir del huevo que lo había creado en un principio. También los hindúes sostenían que el mundo había nacido de un huevo.
En la antigua Roma, el día del nacimiento de Alejandro Severo, quien sucedió a Heliogábalo, una gallina puso un huevo de color rojo. La madre consideró esto como un vaticinio que su hijo vestiría la púrpura. Desde entonces fue considerado prenda de buena fortuna los huevos teñidos.
En la Edad Media el papa Julio III prohibió consumir huevos durante la Cuaresma. La llegada de la Pascua suponía el levantamiento de la norma y el fervor por los huevos se desataba, tanto en la cocina como en los regalos entre familiares, amigos y sirvientes. Suponía desquitarse de la penitencia impuesta durante cuarenta y seis días. Era el festín del huevo porque éste representaba el regocijo y la vuelta a la alegría. Como la conservación de los huevos durante la cuaresma era problemática -no había frigoríficos-, lo habitual era bañarlos en cera líquida. Así, la fina capa protectora que los cubría permitía mantenerlos más frescos. De ahí vino la costumbre de colorearlos y decorarlos con ceras.
Con el tiempo, la Iglesia levantó el veto al huevo, pero eso no impidió la costumbre de celebrar la Pascua consumiéndolos y regalándolos. Costumbre que ha perdurado hasta hoy, y con mayor auge en los países del Este y en Centroeuropa.
Otro simbolo de la Pascua es el Conejo o la Liebre de Pascua, símbolo cristiano de la Resurrección. Su uso se remonta a antiguos predicadores del norte europeo que veían en la liebre un símbolo de la Ascensión de Jesús y de cómo debe vivir el cristiano: las fuertes patas traseras de la liebre le permiten ir siempre hacia arriba con facilidad, mientras que sus débiles patas delanteras le dificultan el descenso.
Desde antes de Cristo, el conejo era un simbolo de la fertilidad asociado con la diosa fenicia Astarté, a quien además estaba dedicado el mes de abril. En alusión a esa diosa, en algunos paises a la festividad de pascua se la denomina Easter. Easter era “originalmente la festividad de primavera para honrar a la diosa teutónica de la luz y de la primavera. Ya en el siglo VIII los anglosajones habían transferido dicho nombre a la fiesta cristiana designada para celebrar la Resurrección de Cristo.
Los niños creen que es el Conejo el que coloca los huevos de Pascua como regalo.
En Alemania la llegada del "Oschter Haws" se consideraba uno de los grandes placeres de la infancia, equivalente a una visita de Papá Noel en Noche Buena. Más tarde empezaría la tradición de construir elaboradas cestas para poner los huevos.
Otro simbolo de la Pascua es el Conejo o la Liebre de Pascua, símbolo cristiano de la Resurrección. Su uso se remonta a antiguos predicadores del norte europeo que veían en la liebre un símbolo de la Ascensión de Jesús y de cómo debe vivir el cristiano: las fuertes patas traseras de la liebre le permiten ir siempre hacia arriba con facilidad, mientras que sus débiles patas delanteras le dificultan el descenso.
Desde antes de Cristo, el conejo era un simbolo de la fertilidad asociado con la diosa fenicia Astarté, a quien además estaba dedicado el mes de abril. En alusión a esa diosa, en algunos paises a la festividad de pascua se la denomina Easter. Easter era “originalmente la festividad de primavera para honrar a la diosa teutónica de la luz y de la primavera. Ya en el siglo VIII los anglosajones habían transferido dicho nombre a la fiesta cristiana designada para celebrar la Resurrección de Cristo.
Los niños creen que es el Conejo el que coloca los huevos de Pascua como regalo.
En Alemania la llegada del "Oschter Haws" se consideraba uno de los grandes placeres de la infancia, equivalente a una visita de Papá Noel en Noche Buena. Más tarde empezaría la tradición de construir elaboradas cestas para poner los huevos.
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